La creatividad mexicana se puede apreciar en todo, desde la decoración para las fiestas, el uso del idioma y hasta en la cocina, con creaciones tan deliciosas y de celebrarse como lo son los tacos de pescado, un manjar originario de la costa.
Si bien en el pasado este sabroso platillo solamente se podía probar en los lugares con playa, gracias a la migración interna y el intercambio cultural entre estados, hoy en día su cobertura en el territorio nacional es mucho mayor y están disponibles casi en cualquier lado.
Se dice que el aclamado platillo se elaboró por primera vez por allá de los años 60, en un mercado de Ensenada llamado “Mercado Negro”, donde se encontraban todo tipo de especies marinas, desde pescados comunes hasta langostas, camarón y abulón, algunos incluso de venta prohibida o durante periodos de veda.
En el mercado había varios puestos donde la gente cocinaba y comerciaba la pesca del día. Uno de ellos era Mario “El Bachigualato”, que vendía el filete frito de angelito, un tiburón abundante en la bahía, con tortillas al lado como complemento.
De repente, un día tuvo la idea del millón: poner el filete dentro de la tortilla. Y el resto es historia.
De ahí en adelante, el plato comenzó a cobrar fuerza y crecer, con distintos tipos de pescados y mariscos, en presentaciones variadas, con y sin salsa, incluso agregándosele queso y verdura.
Lo recomendable siempre es comer los mariscos frescos. Cualquier destino de playa es bueno para probar los tacos de pescado, y la experiencia es algo único si los pruebas casi al pie del mar y con una vista increíble de uno de los paisajes más maravillosos de México como es la costa.