¿Alguna vez te has preguntado si lo que estás comiendo chicharrón o chicharrón prensado? Bueno, ¡no te preocupes! En Fredy’s Tucán somos expertos en distinguirlos y estamos listos para aclararte todas tus dudas, desde sus orígenes y similitudes, hasta todo lo que no comparten.
Continúa leyendo para descubrir qué es el chicharrón y sus diferencias con el chicharrón prensado.
El origen del chicharrón está íntimamente ligado con la historia de la población afrodescendiente que fue traída a América por los conquistadores, en tiempos coloniales. Ellos acostumbraban criar puercos, por lo que después de independizarse se dedicaron a la crianza del ganado porcino en las zonas más rurales.
Históricamente, el chicharrón se puede rastrear hasta República Dominicana, en Santo Domingo, entre los ríos Isabela y Ozuma. En un inicio, la idea era rescatar la manteca, por lo que, al cocinar, la piel frita destilaba toda la manteca, que se almacenaba posteriormente.
En México, a esto último es a lo que se le conoce como chicharrón: a la piel del cerdo frita en manteca. Es una botana muy popular que se ha puesto de moda incluso en las dietas altas en proteína, ya que se puede almacenar por largos períodos de tiempo, sin necesidad de refrigeración.
Por su parte, si la piel de cerdo se come cruda, no se llama chicharrón, sino cueros o “cueritos”.
El chicharrón prensado es una preparación derivada del chicharrón tradicional, donde se sanconchan pedacitos de carne de cerdo con la piel frita, pero se condimenta con hierbas o sal de nitro, las cuales ocasionan ese característico color rojizo. Después, se escurre y se prensa para unirlo y quitarle el exceso de grasa.
Este guisado es la estrella de muchísimos platillos regionales, acompañados con las tradicionales tortillas, frijoles y verduras que han hecho de la gastronomía mexicana el ícono mundial que es hoy en día
